The Cure regresa con un livestream épico de tres horas y presenta “Songs Of A Lost World”
música 05 Noviembre 2024
El nuevo álbum de The Cure, Songs of a Lost World, llegó finalmente el fin de semana, marcando un regreso significativo para la icónica banda británica, ya que este es su primer lanzamiento de estudio en 16 años desde 4:13 Dream en 2008. El álbum cuenta con ocho pistas, todas escritas y compuestas únicamente por Robert Smith, lo cual es una rareza para la banda, y la primera vez que esto sucede desde The Head on the Door en 1985. Este toque personal ha resonado entre los fans y los críticos por igual, ya que las letras introspectivas de Smith exploran temas de tiempo, mortalidad y pérdida, encapsulados por el evocador título que sugiere una reflexión sobre una época pasada. Songs of a Lost World retoma el sonido de rock gótico por el que The Cure es conocido, mostrando una intrincada mezcla de guitarras eléctricas y teclados atmosféricos, mientras que la ilustración de la portada presenta una escultura del artista esloveno Janez Pirnat, que refleja acertadamente los temas de decadencia y recuerdo del álbum. Para promocionarlo, The Cure organizó un livestream el fin de semana pasado, en el que interpretaron temas seleccionados del nuevo disco, así como una increíble selección de temas clásicos. El show se realizó en el Troxy de Londres, y además de tocar Songs of a Lost World por completo, el álbum sirvió como parte de un maratón de tres horas que incluyó una segunda tanda de clásicos, un bis de canciones de Seventeen Seconds para celebrar su 45 cumpleaños y un segundo bis con aún más temas.
Robert Smith dice que The Cure saldrá de gira a partir de otoño de 2025, que su próximo álbum está casi terminado (sí, tienen otro más en la bóveda), y que estarán ocupados hasta 2028, cuando se cumple el 50 aniversario de la banda. Por cierto, el año siguiente es el cumpleaños número 70 de Robert Smith. Pero no vamos a adelantarnos: mientras tanto, disfrutemos del épico show de The Cure arriba y del nuevo álbum abajo.
Lo primero que llama la atención del nuevo disco de The Cure, Songs of a Lost World (el primero de estudio desde 2008), y eso que hay que esperar hasta tres minutos y medio para escucharla, es la voz de Robert Smith. Es una sorpresa a medias para todos los que le han oído cantar en los últimos años. Es la impresionante voz inmortal: canta exactamente igual que hace 45 años, incluso en tiempos anteriores a A Forest, cuando ni siquiera le había crecido todo el pelo encrespado que fue, y sigue siendo, con canas ya hoy, su signo de identidad.
Quizá el secreto de la juventud de su voz sea el mismo secreto de la esencia de sus canciones, que a los 65 sigue siendo el mismo que a los 20. The Cure sigue siendo The Cure, aunque ninguno de sus miembros, excepto Smith, sea original. Lo que demuestra que The Cure es él, no como en otras bandas donde sin el resto no se reconoce nada. Es ese Robert Smith verdadero que los de Muchachada parodiaban de forma descacharrante y sin embargo auténtica en ese personaje que reconocía ser triste, pero que hacía «cancionzacas».
Aquí se reconoce todo: la voz indiscutible tirando del bajo característico que se entremezcla con ella como haciendo tirabuzones, como en un baile en el agua: música sincronizada con el piano y los teclados, y no solo como remolque y base, sino como lancha motora que a veces es como un planeador silencioso, un vuelo sin motor que espera su momento en esos interludios y oberturas musicales tan característicos previos al aterrizaje apoteósico.
Y la tristeza. Corazones rotos. Soledad adolescente. Melancolía poderosa, incluso más que nunca. Letras de un joven de 65 años que hace música para jóvenes de su órbita. Ecos de Pictures of You, de Lullaby, pero ecos, solo… Es The Cure, pero sin los chicos que no lloran, sin Just Like Heaven, sin Why Can’t I Be You? Nadie puede repetir eso (aunque ¿acaso solo lo han podido hacer los Rolling Stones?). No hay ningún bombazo de locura adolescente, pero sí hay verdad, casi como la del toreo.
La hay en Alone, en la hondura de esos «sueños y esperanzas» que se han ido, pero por decir que se han ido permanecen, porque es lo mismo que decían (que decía) hace treinta años y todo sigue igual, o casi. A Fragile Thing podría haber aparecido en cualquiera de sus discos de gloria, como Warsong o Endsong: hasta los títulos son como los de entonces. Songs Of A Lost World es como un hilo musical de The Cure donde no hay ningún súper éxito, pero tampoco ninguna decepción, a diferencia de más de un contemporáneo.
Por Paola Ch.
FM HIT
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