Los padres de Amy Winehouse han decidido hacer públicos sus diarios más personales del lado más desconocido de la artista, que falleció el 23 de julio de 2011 a los 27 años a causa de una intoxicación etílica. recoge no solo sus sentimientos sino también algunas letras que compuso y que nunca vieron la luz.

Y es que los diarios contienen cosas secretas de cada persona, pero los padres de Amy han decidido hacerlos públicos para que todo el mundo pueda disfrutar de ellos. «La alegría de leer el trabajo de Amy siempre alivia la sensación de devastación por perderla. El mundo vio un huracán de talento, pero en la tormenta perdimos a nuestra preciosa hija», han sido sus palabras y su explicación al publicar esta especie de memorias que la artista dejó plasmadas sobre el papel.

Este diario no lo comparten ni mucho menos para blanquear su imagen, algo complicado porque hasta ellos mismos reconocen que era adicta y que eso truncó su vida. Lo hacen porque “mirar hacia atrás en estos dibujos y garabatos todavía nos hace sonreír, al igual que lo hizo Amy”. Y es que ella siempre iba a todas partes con una libreta para ir apuntando todo lo que le pasaba y eso es lo que podremos ver en tan solo unos días. Unas hojas en las que no solo escribía o pintaba sino que también pegaba fotos que le gustaban y que recortaba de las revistas poniendo su propia descripción junto a ellas.

“Sobre todo tengo el sueño de ser muy famosa, de trabajar en el escenario. Es una ambición de toda la vida. Quiero que la gente escuche mi voz y olvide sus problemas durante cinco minutos… Quiero que me recuerden por ser… simplemente yo”, se puede leer en su diario. Algo que cumplió con creces porque su legado musical, por muchos años que pasen, seguirá siendo recordado por todos ya que sus canciones son imborrables. Aunque también era muy crítica consigo misma: “Odio mi temperamento. A veces me carcome tanto que me pongo físicamente violenta con los que amo. Por mucho que diga ‘lo siento’, es algo que nunca podrán olvidar”, escribió también.

“Podía recitar letras y cantar melodías después de escuchar una canción, tal vez solo una o dos veces. En la casa de su abuela Cynthia estuvo rodeada de jazz: desde Frank Sinatra hasta Ella Fitzgerald. Y en casa interpretaba canciones de Mary Poppins o himnos judíos”, han recordado sus padres, dejando claro que siempre quiso ser artista. Y es que los estudios, aunque era muy lista, nunca se le dieron demasiado bien: “Los profesores nos decían que era brillante y capaz, pero siempre había un ‘pero’. Pero… no podía estarse quieta o se portaba mal en clase. En cambio, Amy devoraba películas, musicales, novelas, poesía y música”, han dicho.

Por Paola Ch.

FM HIT