Esta serie de conciertos dio inicio en mayo y culminó el pasado 5 de octubre. Durante su último espectáculo, Del Rey reveló que había donado “cada dólar” obtenido por la venta de entradas de su gira a las ciudades en las que se había presentado. En 2020, fue noticia por donar un anticipo de su libro Violet Bent Backwards Over The Grass para suministrar agua potable a algunas de las comunidades más vulnerables de la Nación Navajo de Estados Unidos. Did you know that there’s a tunnel under Ocean Blvd llegó en marzo como la continuación de su entrega de 2021, Blue Banisters. El álbum fue aclamado por la crítica y demostró su profundidad como artista.

A pesar de su generosidad innegable, Lana Del Rey ha enfrentado controversias en el pasado. En 2020, la artista fue objeto de fuertes críticas tras publicar una carta en su cuenta de Instagram titulada «Pregunta para la cultura», en la que fue acusada de realizar comentarios insensibles que algunos consideraron racistas.
La carta concluyó con Del Rey promocionando sus futuros libros de poesía, mencionando sus donaciones a «fundaciones de nativos americanos» y anunciando un nuevo álbum.

Sin dara mayores detalles de a qué lugar concreto va a ir a parar esa inversión, sí que dejaba claro que cada uno de los céntimos llegarían a alguna iniciativa que necesitase la ciudad en cuestión. Y lo cierto es que ha pasado no solo por ciudades de Estados Unidos, sino que ha tocado en puntos tan distantes del planeta como París, Río de Janeiro, Londres o Ciudad de México. Y todos ellos van a ver cómo la riqueza que ha generado Lana del Rey con su directo, repercute en sus ciudades.
Lo cierto es que no es la primera vez que Lana del Rey se lanza a echar una mano. Entre sus actos más sonados está ese de 2020 en el que recaudó fondos para ayudar a la reserva india de Navajo. ¿Cómo? Cediéndoles los 350.000 dólares del adelanto que la editorial Simon and Schuster le otorgó por su primer libro, ‘Violet Bent Backwards Over The Grass’. Un dinero que fue a parar, directamente, al proyecto Dig Depp Water, cuyo objetivo no era otro que llevar agua potable a varias de las comunidades más vulnerables de la reserva india Nación Navajo de los Estados Unidos.

«Personalmente, siempre he creído en las reparaciones personales para retribuir a las personas que han dado forma a nuestra tierra», fueron las palabras con las que justificó ese acto. Lo hizo en esa cuenta de Instagram que, tiempo después, cerró para centrarse en lo realmente importante: hacer música y entregarse a sus fans a través de sus canciones, y no mediante esos mensajes que pudiera lanzarles con una pantalla en medio de ellos.
“El núcleo de Ocean Blvd es Del Rey tratando de acercarse a sí misma, dando la vuelta a la historia tal y como hemos llegado a entender (e incluso a malinterpretar) lo que está tratando de decirnos. A través de historias de su familia, de una relación fallida, de su conflictivo deseo de ser vista y a la vez es

conderse, Del Rey expone algo más que quién es: por qué es quién es”, escribió Rolling Stone sobre la entrega.
Por lo pronto, algunos de sus seguidores están a la espera de que Lana Del Rey regrese a los escenarios en 2024 con el anuncio de nuevas fechas para otros países y ciudades.

Por Paola Ch.

FM HIT