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Mon Laferte se lanza contra Justin Timberlake en pleno escenario

música                                                                 24 Marzo 2025

Mon Laferte protagonizó uno de los momentos más comentados del primer día de Lollapalooza Argentina, cuando, en pleno escenario se lanzó contra Justin Timberlake y se solidarizó con la expareja del cantante, Britney Spears. Todo ocurrió este 21 de marzo, cuando Mon y Justin cerraron la primera noche del festival. Aunque ambos compartieron el mismo horario, se presentaron en escenarios diferentes; por ello, cuando la naturalizada mexicana vio la cantidad de fans que acudieron a verla, no pudo ocultar su sorpresa: «Yo pensé que no iba a venir nadie», dijo. Sin embargo, lo que más llamó la atención fue cuando se refirió al exintegrante de N*SYNC y, en señal de sororidad, le dedicó su actuación a la llamada «Princesa del pop»: «Yo dije: todos se van a ir con ese Justin. Por ti, Britney», agregó. El momento quedó grabado por varios de los asistentes y el video, que ya circula en redes sociales, ha dividido opiniones. Y es que, mientras algunos aplaudieron el gesto de Laferte, otros criticaron su comentario y hasta la han asegurado que no puede compararse con el éxito que tiene el intérprete de «Sexy Back». Justin Timberlake recorre la pasarela del escenario principal de Lollapalooza Argentina 2025. Lo hace una, dos, tres, incontables veces. En todas aplica una variante al típico saludo de un artista a su público: “Argentina, son muy amables”, “Argentina, muchas gracias”, “Argentina, hagan más ruido”. Lo secunda una banda itinerante, que baila y toca instrumentos de viento como si fuese un creole band de los albores del jazz en New Orleans. Pero el sonido es más actual, un poquito más cargado, más eléctrico.

La mención a Britney no pasó desapercibida, especialmente después de la controversia que resurgió a finales del 2023, con la publicación del libro de memorias de la cantante, «The Woman in Me».

En sus páginas, Spears habló sobre varios de los pasajes más duros de su vida, incluyendo la relación que sostuvo con Timberlake hace más de 20 años. A pesar de que, en ese entonces, eran la pareja del momento, el romance acabó entre supuestas infidelidades y las declaraciones de Justin sobre haber sido el primer hombre con quien Britney compartió íntimamente.

La intérprete de «Toxic» abordó el escándalo y reveló que durante el romance estuvo embarazada, pero Timberlake la presionó para que abortara, ya que no se sentía listo para ser padre.

La confesión provocó un gran impacto en la industria del entretenimiento, y el también actor recibió fuertes críticas por la manera en que manejó su ruptura con Britney, especialmente por el discurso que construyó en su contra a lo largo de los años. Aunque el cantante no se pronunció directamente al respecto, decidió restringir los comentarios en sus redes sociales para evitar los ataques.

Tal vez por eso se llaman los Tennessee Kids [Memphis, la ciudad de Elvis, queda en ese Estado]. Nadie deja de moverse, de levantar los brazos, de tirar pasos. Ni los músicos ni él. Es una celebración constante afianzada en un repertorio que tiene a la función del baile como eje de su forma. Incluso más que de su contenido.

Porque el comienzo no fue particularmente arriba. “Mirrors”, “No Angels” y “Cry Me A River”, fueron más insinuaciones y coqueteos con el pulso de pista y bola de espejos que una realidad. Entonces vino el primer parate, el más largo de todos. Firmó un autógrafo, sonrió, se ganó aplausos y entonces sí fue a lo suyo. La seguidilla “LoveStoned / I Think She Knows”, “Like I Love You”, “My Love”, “Sexy Ladies” dejó las cosas claras. Entre el funk pop, los aires de big band, el entramado rítmico de las percusiones y unos arreglos generales que lograron sostener la vivacidad de los sintetizadores y secuencias sin perder el hervor de una banda tracción a sangre, Justin Timberlake puso a jugar sus dotes de entertainer preciso. Con la dosis justa de movimientos y ademanes para que sea la música la que haga la mayor parte del trabajo.

De la campera de cuero de Justified 2002 a esta de lunares en 2025, Justin Timberlake pasó por traje y corbata en FutureSexLoveSound (2006), smoking en The 20/20 Experience y camisa leñadora en Man In The Woods (2018). Y esta versión suena como una síntesis de todas ellas. Como si en la no necesidad de demostrar nada, con el estigma NSYNC ya purificado, hubiese encontrado la vía para no forzar nada. La solidez y soltura con la que empalmó “Summer Love”, “Suit & Tie”, “Rock Your Body” y “CAN’T STOP THE FEELING!” –todas de distintos puntos de su discografía pero con el mismo efecto de nostalgia cortoplacista y mucho baile– dan cuenta de este presente. Estuvieron los pasos de baile, el falsete, el magnetismo escénico, pero sobre todo: estuvo la onda. Un saber hacer de ese funk-pop que heredó de Michael Jackson y Prince para darle una pátina, aún más, comercial.

Para el cierre, algunas versiones acústicas llevaron el show al plano de las baladas y el r&b más cancionero. Como si hubiese llegado el momento de los lentos en la disco regenteada por el ex-NSYNC. De hecho, el final definitivo fue con “Until The End of Time”, con el cantante haciéndose cargo también de las teclas al pie de la pasarela. Un último agradecimiento más y eso fue todo. El debut argentino de Justin Timberlake en 2025 es, en algún punto, un debut anacrónico. No es ni el joven líder de una boyband ni la estrella redimida como un músico hecho y derecho. Es un hombre de 44 años, con su talento delante y sus sombras en segundo plano, dispuesto a poner a bailar sin sobreactuar modernidad ni reclamar tronos de dinastías muertas. Un remanso en este mundo de tendencias y prestigios autoproclamados.

 

Por Paola Ch.

FM HIT

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